lunes, 19 de abril de 2010

Una tarde en la atalaya



Sí alguna vez te paras a contemplar la tarde
podrás oir la canción que compone el viento
la nota que guarda la clave de dolor y placer
escuchar las risas y los lamentos, los susurros
sentir la luz abrir sus alas en el mar del tiempo
la caída en el espacio de los cuerpos celestes                                   
mientras el eco de los sueños te llama tan leve

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